La Lic. María Belén Avella, kinesióloga, se desempeña hace varios años en el área de internación domiciliaria. Ella nos cuenta que trabajar con pacientes en Su Casa es un ámbito totalmente diferente. “Nosotros llegamos a su HOGAR. Nos encontramos con un paciente enfermo que es esposo, padre, abuelo, que sufre y muchas veces tiene dolor. Pacientes enojados, positivos o negativos. No sólo trabajamos en un problema motor, sino emocional. Somos su apoyo y quienes le damos aliento a seguir y mirar para delante, sin importar cuál es su patología”.

María Belén lo considera un mundo maravilloso, donde se debe hacer y dar todo sin tener un consultorio. “Mi esposo siempre dice que mi auto es mi segunda casa. Y es así, o más bien mi consultorio móvil. Donde llevamos desde elementos para actividades motoras, respiratorias, y de cuidados personal”.

También hay un tercer componente, y no por eso menos importante, que es la familia del paciente. La atención domiciliaria incluye y hace participe al grupo familiar, se les enseña y educa para poder llevar adelante lo más natural posible la situación. Y también los kinesiólogos son los que van a desordenar tu casa y a crear un hogar funcional para el paciente.

“Es una experiencia aparte, de la que yo me enamoré. No muchos colegas pueden entrar en el seno de un hogar y dar lo mejor de sí. También creo que los que hemos sufrido tanto como nuestros pacientes, sabemos que ellos merecen todo de nosotros. Ser empático y condescendiente es lo que ellos necesitan. Y si bien siempre doy todo, muchas veces también me ocurren cosas. Y encontrar en esos momentos a una persona/ paciente que también te cuide, es lo que me llena el corazón”, finaliza Belén.