Día Internacional del Síndrome de Asperger, otra forma de comprender el mundo
Cada 18 de febrero se celebra el “Día Internacional del Síndrome de Asperger” con el objetivo de visibilizar las necesidades de las personas que viven con esta condición. La fecha conmemora el nacimiento de Hans Asperger, el psiquiatra austriaco que en los años 40 del siglo pasado describió este cuadro por primera vez.
En el año 2013, cuando fue actualizada la guía de trastornos mentales (dsm-5) de la Asociación Americana de Psiquiatría, comenzó a incluírselo dentro de los trastornos del espectro autista (tea), como la expresión más leve.
Esta condición del neurodesarrollo impacta específicamente en el funcionamiento social y el espectro de actividades e intereses de aquellos individuos que lo presentan, influyendo de manera directa en la forma en que éstos logran procesar la información, dan sentido al mundo en el que viven y se relacionan con los otros.
¿Cómo reconocerlo? algunas señales:
La Dra. Andrea Abadi, psiquiatra infanto juvenil y directora del Depto. Infanto Juvenil de Ineco, enumera algunas características que identifican a quienes presentan Síndrome de Asperger:
– Dificultades para empatizar con los otros.
– Comportamiento emocional y socialmente inapropiado.
– Existencia de un interés “obsesivo” en un solo objeto o tema, con exclusión de cualquier otro (generalmente atípicos o poco comunes para los individuos de su edad).
– Presencia de movimientos motores torpes y descoordinados.
– Alto nivel de vocabulario y patrones de discurso formales.
– Escasa comprensión de chistes o dobles sentidos.
– Tendencia a la literalidad (imposibilidad para entender metáforas o abstracciones).
– Pensamiento rígido e inconvenientes para aceptar cambios en la rutina o situaciones del contexto.
– Nivel de inteligencia normal o superior (no suelen presentar dificultades en el rendimiento académico).
Si bien es necesario destacar que el Síndrome de Asperger se manifiesta de manera diferente en cada individuo, podemos reconocer que hay en todos ellos un rasgo común: las significativas dificultades –a partir de todo lo mencionado- para la interacción social, especialmente con aquellas personas de su misma edad.
Un desarrollo pleno es posible.
“Nada impide que una persona que presente síndrome de asperger pueda desarrollarse plenamente, pero para ello es fundamental un contexto que la acompañe y sostenga día a día, y que en vez de focalizar en sus déficits trabaje permanentemente para aumentar sus fortalezas”, explica la Dra. Abadi.
La detección temprana se vuelve entonces fundamental, ya que es lo que permite dar inicio a una intervención oportuna que colabore a que los niños y adolescentes con esa condición se conviertan en adultos que puedan enfrentarse a la vida con la mayor independencia posible. Los abordajes interdisciplinarios resultan indispensables para el desarrollo de aquellas áreas donde cada niño o adolescente presenta sus dificultades específicas.