Noviembre Azul y con Bigotes

Así como en las mujeres se ha instalado el mensaje de prevención contra el cáncer de útero y de mamas, a partir de los chequeos una vez al año, de igual manera es necesario instalar en los varones la necesidad de los controles periódicos con el médico urólogo.

 

Soy varón… y me cuido

Con esta frase, la edición 2021 de la campaña Noviembre Azul y con Bigotes visibiliza y pone en escena la escasa (y a veces nula) conducta preventiva que tienen los hombres respecto de su salud. Con un mensaje directo, simple, pero al mismo tiempo cargado de simbolismo, intenta derribar el mito del varón “superpoderoso”, que puede con todo y contra todos, para instalar en su lugar la importancia de que cada vez más hombres tomen conciencia, cambien ciertos hábitos (poco saludables) e incorporen a su vida cotidiana mayores conductas de autocuidado.

 

¿Qué es el cáncer de próstata?

El cáncer de próstata se origina cuando las células de la próstata comienzan a crecer sin control. La próstata es una glándula que sólo tienen los hombres. Esta glándula produce parte del líquido que conforma el semen. Este tumor suele crecer muy lentamente, por lo que a menudo no presenta síntomas tempranos. En etapas avanzadas, los síntomas más frecuentes son: aumento en la frecuencia al orinar, flujo urinario débil, urgencia al orinar (aunque estos síntomas también pueden presentarse en enfermedades benignas de la próstata), sangrado en la orina y dolor pélvico o lumbar.

El desarrollo del CP varía en las personas. Por eso ante la aparición de cualquier síntoma se recomienda consultar al médico.

Factores de riesgo

Si bien no se conocen las causas que originan el cáncer de próstata, existen factores de riesgo que favorecen su desarrollo:

  • Edad: es el principal factor de riesgo. Esta enfermedad es poco frecuente en varones menores de 50 años y las probabilidades de padecer CP aumentan considerablemente con la edad.
  • Antecedentes familiares: el riesgo es mayor si padre o hermano tuvieron esta enfermedad. Cerca de un 10% de los CP pueden darse como resultado de una predisposición genética o hereditaria.

 

Los hombres también deben prevenir

Detección temprana

Los exámenes para detectar el cáncer de próstata en estadios tempranos consisten en la realización de un análisis de sangre para medir el Antígeno Prostático Específico (PSA) y en un examen digital a través del recto. El diagnóstico definitivo se determina a través de una biopsia prostática.

La decisión de efectuar el PSA para detectar de modo temprano este cáncer debe ser individualizada, dado los escasos beneficios y los daños potenciales asociados a este examen. El PSA puede conducir a la realización de más pruebas diagnósticas y tratamientos que causan incontinencia urinaria, dolor e impotencia sexual a muchos pacientes. Este estudio puede dar además, un resultado positivo aun en ausencia de cáncer (lo que se conoce como “falso positivo”), llevando a la realización de biopsias innecesarias. Las biopsias prostáticas también pueden asociarse a fiebre, infección, hemorragias.

Existe evidencia científica que afirma que no hay diferencias significativas en la reducción en las muertes por cáncer de próstata mediante el empleo del PSA. La mayoría de los cánceres de próstata que se detectan por el PSA son de crecimiento lento, por lo cual no causarán daños durante la vida. En la actualidad no es posible determinar qué tipo de cáncer de próstata tendrá un hombre y si amenazará su salud o no.

 

La salud también es cosa de hombres 

El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en los hombres y, en 50% de los casos, la enfermedad se detecta cuando está avanzada, lo que eleva los riesgos de muerte.

La Sociedad Americana de Urología y la Sociedad Argentina de Urología recomiendan que todo hombre se controle a partir de los 50 años. Aquellos que tienen antecedentes familiares de cáncer de próstata, especialmente padre o hermanos, deben iniciar sus controles a partir de los 40 años.

Es muy importante señalar que muchas veces la presencia de células malignas resulta asintomática para el hombre. En otros casos, manifiesta los mismos síntomas de la patología prostática benigna. La recomendación es prestar atención a los siguientes síntomas:

  • Sangre en la orina.
  • No poder orinar.
  • Necesitar orinar con frecuencia, especialmente durante la noche.
  • Flujo de la orina débil o interrumpido.
  • Dolor o ardor al orinar.
  • Dolor constante en la parte baja de la espalda, la pelvis o la parte superior de los muslos.
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