Pacientes oncológicos: ¿Cómo se pueden tratar las lesiones de la radioterapia?
Cuando hablamos de radioterapia debemos comprender que es un proceso que alcanza varias fases. En una primera instancia, el oncólogo realiza la exploración para definir cuál es el tratamiento adecuado y el volumen a irradiar y así establecer la distribución de la dosis. A partir de ese momento, hay una fluida comunicación entre el paciente y el médico. El primero está en constante control y el segundo debe comprobar frecuentemente que todo funcione bien. Cuando se irradia una parte del cuerpo se produce una destrucción de las células tumorales, que crecen, se dividen rápido y son muy radiosensibles. Por eso mueren en gran cantidad. Esto explica por qué la radioterapia puede acabar con el cáncer. El tratamiento es indoloro, se administra de forma ambulatoria y dura pocos minutos. Generalmente se administran 25-30 sesiones en 5-6 semanas (una sesión diaria) y en algunos tumores como los de cabeza y cuello y pulmón, las terapias pueden fraccionarse en el mismo día.
¿Cuáles son los efectos adversos de la radioterapia?
Para destruir las células cancerígenas se usan altas dosis de radioterapia. Los efectos secundarios ocurren porque la radioterapia también puede dañar células y tejidos sanos cercanos al área de tratamiento. En algunas personas provoca pocos o ningún efecto adverso. En otras, los efectos secundarios son más graves y dependen del tipo de cáncer, de su ubicación, de las dosis y de su estado de salud general. Las reacciones a menudo empiezan durante la segunda o tercera semana de tratamiento. Asimismo, pueden durar varias semanas una vez finalizado el tratamiento. La dermitis aguda es el efecto más frecuente de la radioterapia externa, debido a que las radiaciones siempre atraviesan la piel. Es más importante en los tumores de mama, pulmón y cabeza y cuello. Puede evolucionar a un siguiente estadio con dolor e inflamación, continuar su evolución con ampollas o incluso ulceraciones que exijan la suspensión temporal de la radioterapia. El tratamiento además de analgésicos y antinflamatorios se realiza con cremas y apósitos vaselinados.
¿Qué otras alternativas existen para recuperar las lesiones producidas por radioterapia?
El Tratamiento de Oxigenación Hiperbárica (TOHB) es una terapia usada ampliamente para pacientes oncológicos o con lesiones producidas por radioterapia. Para evaluar su efecto beneficioso en el tratamiento de tumores es importante tener en cuenta algunas cuestiones: el tipo de tumor, el grado de hipoxia (falta de oxígeno), el sitio donde se ubica y su crecimiento tumoral.
Según la Dra. Mariana Cannellotto- directora médica de BioBarica- se recomienda utilizar el TOHB de manera previa a la radioterapia, o a lo sumo posterior al tratamiento primario del tumor, pero siempre con un estrecho margen temporal. Normalmente se sugiere realizar TOHB el mismo día de la sesión de radioterapia, porque de esta manera el oxígeno puede actuar como protector de las lesiones que producen los rayos sobre el tejido sano alrededor del tumor. Incluso en úlceras oncológicas donde el mismo tumor produce daño y hay una herida crónica no cicatrizante muy dolorosa que no tiene curación, el oxígeno hiperbárico reduce significativamente el dolor mejorando la calidad de vida en paciente terminales.
Asesoró: Dra Mariana Cannelloto. M.N.108482. Directora Médica de Biobarica.